martes, 21 de agosto de 2012

lunes, 6 de agosto de 2012

Cata de albercas.





La piscina es un animal taimado. Un camaleón helado, una ruleta rusa con olor a santidad.
Hay un rayo de sol bajo el agua que soporta todas mis piruetas y zambullidas, mis ascensos y descensos.  Jamás percibo la frialdad, por mucho que me lance una y otra vez.
Annabel se diluye, ya circula por mis venas. Casanova le protege a dos metros de distancia frente al borde, porque supo ver en el agua con diecisiete lo que nosotros descubrimos  veintiséis años más tarde.